De nuevo buscando las transparentes aguas del río Cazuma, en un día casi de calor extremo. Es un privilegio que se conserven zonas así. Las
FOTOS hablan por si solas, aunque no es suficiente. Es mejor probarlas, que no te lo cuenten. A la vuelta paramos en casa de Enrique Pallás a refrescarnos y disfrutar de guitarra en directo.
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